domingo, 1 de julio de 2012

Gennys Pérez:


Gennys Pérez:
NUESTRA LABOR ES CONQUISTAR CORAZONES
Por: Inés Muñoz Aguirre



La dramaturgia venezolana cuenta con una gran variedad de escritores teatrales que trabajan de forma constante sobre temas de interés para el espectador venezolano aunque todavía tengan que enfrentar la escases de productores interesados en temas que nos afectan de forma directa como sociedad. Entre ellos se encuentra Gennys Pérez cuya  obra “El Fantasma de Hiroshima” resultó ganadora del concurso de dramaturgia Actors of the World, dedicado a la promoción del teatro latinoamericano en el Reino Unido.  Otros premios se suman al reconocimiento de su trabajo: el Premio Nacional de Dramaturgia Innovadora en 2006 por la pieza “Yo Soy Carlos Marx” y el Premio Monte Ávila Editores de Autores Inéditos en 2005 por la pieza “El Secreto de la Felicidad”.  Dirige el Teatro Gastronómico, una asociación cultural dedicada al desarrollo del teatro venezolano y escribe para televisión.  Ahora se prepara a un nuevo estreno de lo que ha sido quizá su obra más polémica
_ ¿Por qué Marx?
_ Para nadie es un secreto que yo siempre desde que he tenido conciencia de este proceso bolivariano, he manifestado públicamente mis dudas y mis reflexiones.  Antes era más radical decía que esto era faramalla roja, ahora ha pasado mucho tiempo y hay generaciones que han nacido en la revolución, reviso con objetividad y me encuentro con cosas como que hay una cantidad de ancianos que no estaban incluidos en el seguro social y ahora si lo están. Se han incluido casi dos millones de personas. Después las misiones o las universidades. La gente que quiere estudiar mal que bien le dan su diploma y eres bachiller, medico, maestro. La gente ha tenido acceso a una educación, con muchos defectos, con otros criterios pero la verdad es que ha habido como una inclusión. Evaluar esto como autor es muy complicado y Marx es una pieza complicada precisamente por eso. En el momento que yo la escribí tenía la certeza y la convicción absoluta de que esto era un fracaso y una estafa porque se estaba utilizando a los más pobres, a los excluidos para fines políticos y que seguían iguales, en barrios espantosos. Yo escribí está obra en el 2004, la estrené en el 2006, ganó un premio en el 2008 y la voy a presentar ahora en el 2012. Es una pieza que tiene su tiempo y no sé si ahora va a tener una vigencia igual a la de aquel momento.
_ ¿Ante esa inquietud la obra ha sufrido cambios?
_ No. He cortado monólogos que eran muy largos, que no tocan la esencia de la pieza.
_ ¿Ante tu disertación sobre la obra, cómo sintetizarías su temática?
_ La obra es un venezolano que se siente Karl Marx y en todo su discurso el recuerda cuando supuestamente era el personaje. Fue la forma de ubicar al personaje, porque tampoco es que todo el mundo sabe quien es Marx, no es tan popular como la Pepsi cola. Esta obra se estrenó en Nueva York por un grupo muy importante en lectura dramatizada y me dijeron que les fue bien porque hicieron una adaptación, pero que allá nadie sabía quien era el personaje.  Les costó, a pesar de que la obra tiene humor y que vemos allí la relación de él con su mujer. En París como que lo conocen un poco más.
_¿Cual es la relación directa con e proceso que hemos estado viviendo?
_ La obra trae una crítica muy fuerte a esta experiencia. Es una obra muy cuestionadora
_ ¿Tu posición sigue siendo la misma o ha variado en el tiempo?
_ Creo que lo que me pasa ahora es que ya estoy en otra pieza, con la misma temática social, pero comprendiendo el fenómeno de Chávez desde la otra mirada. Hay que verlo desde el punto de vista de la siquiatría, del hombre. De ese hombre que tiene una familia desperdigada, muy poco estructurada, como somos en su mayoría los venezolanos. A su vez es un líder, un encantador.  El que se ha convertido en referencia y en un símbolo de nuestro país. El líder que se conoce en todo el mundo.

ESCRIBIR Y VIVIR
_¿Cuando empieza la Gennys que no conocemos a escribir. Cual es el momento en que te descubres inventado historias?
_ Yo siempre hice cartas en mi casa, las tarjetas de Navidad, los obituarios, siempre mi familia me buscó porque decían que yo escribía bonito. Me decían escríbele tal cosa a tu papá, escríbele una cosa a tu hermano que está cumpliendo 15 años, a tu hermana que se casó, sobre tu tía que se murió.
_¿Qué edad tenías cuando empezó a pasar eso?
_Yo siempre escribí muchos diarios, de hecho, todos los años escribía un diario. Y escribí diarios como desde los nueve años, porque yo me enamoraba sola.  Supongan que el muchachito se llamaba Antonio, entonces yo ponía Gennys y Tony. Claro, ese diario duraba lo que me gustaba el muchachito. Era el día a día del colegio, era el no sé qué. Necesitaba escribir lo que me pasaba en el día. Escribí mucho como hasta los 17 años.
_¿Por qué dejas los diarios?
_ Como que empecé a vivir y entonces, ya la vida era más interesante que el diario, porque él era como las fantasías, las ilusiones;  lo que yo quería ser y después cuando entras en la universidad, empiezas a asumir responsabilidades, a vivir sola; ya lo que te pasa es más importante que cualquier cosa que tengas que describir. Ahora escribo si me pasó algo muy trascendental en la vida, para tratar de descifrarlo o comprenderlo, si es algo muy hermoso para guardarlo pero no como aquella crónica personal de entonces.
_¿Si pudieras rescatar algo de esa época que sería?
_ Las cartas, si yo no me podía comunicar con mi mamá  yo le escribía para que ella supiera lo que me pasaba. Las cartas de amor, si me peleaba con mi hermana escribía porque me gustaba mucho comunicarme.
_ ¿Después de esa primera experiencia, que es lo primero que escribes que te marca una diferencia con el diario?
_ Lo primero que escribí fue “Los inquilinos” que no tiene nada que ver conmigo y que está basado en los cuentos de  Julio Garmendia. Esa fue una solicitud de Pilar Romero que en ese momento era la directora de los teatros juveniles de Venezuela. Yo ya había hecho varios experimentos como directora en la universidad, hacía adaptaciones de Shakespeare, de Moliere, de Calderón de La Barca y las modernizaba, con esa osadía del estudiante y luego las montaba. Allí había empezado mi afán de escritura porque me había vuelto como una versionista y siempre que alguien quería montar algo me pedían que les adaptara el texto y yo los ayudaba. Entonces Pilar me contrata, me mandó a Barquisimeto por seis meses y duré un año. El director era Gregorio Milano, con un elenco ya listo. Esa era mi primera obra, novata, con muy pocas herramientas de escritura y era un proceso de investigación. Vivíamos en la casa de Julio Garmendia donde todavía se dice que salen fantasmas y que pasan cosas porque el vivió allí una vida muy intensa y muy apasionada. Nos fuimos también a la parte del Tocuyo que es donde está su familia. Tomamos fotografías, hicimos videos, leímos los cuentos, versionamos. Era una dramaturgia totalmente hecha con el actor, probábamos textos. Ese fue el primer texto que escribí completo, escribí mucho, hice como 80 páginas y quedaron como 50. Fue un espectáculo bastante largo. Hicimos un trabajo muy experimental.
_ ¿Llegas a ese proceso totalmente convencida o la vida te ubicó allí por las circunstancias?
_ Yo en realidad en lo que me había enfocado antes de esa experiencia, es en que yo quería ser actriz de teatro y hacer grandes personajes como Ofelia, Medea; Clintennestra, soñaba con eso. Y no estaba enfocada para nada en la escritura.
_¿Y cómo es qué Pilar ve en ti a la dramaturgo que eres ahora, como se anticipa?
_ Yo le escribía los discursos a Pilar en el TNJ cuando le tocaba hablar en algún acto. A ella le encantaban; en esa época escribía ensayos, pequeñas biografías, reflexiones sobre el teatro, artículos. Publicaba en el Theatron de la Universidad en un pequeño periódico que nos inventamos en esa época.  A su vez siempre me ha gustado hacer reflexiones críticas sobre la situación del teatro en Venezuela, cuando pasa algo, cuando quitan subsidios, cuando fallece un maestro. Siempre mostraba en carteleras, en internet, etc. lo que hacía.
_ ¿ En toda esa experiencia, cual es la diferencia de la dramaturgia?
_  Creo que la dramaturgia es un género exigente, de mucha fuerza, de personajes. A mi me gustan los personajes. En el cuento la fuerza es el lenguaje, la estructura y a veces los personajes están medio dibujados. En la novela es más o menos igual y todo va en la capacidad del escritor en función del lenguaje. En el teatro no, el teatro es el personaje, lo que dice, lo que siente, lo que le acontece. No existe Hamlet sin Hamlet; no existe Macbeth sin Lady Macbeth. No existe el Rey Lear sin Lear. El poder está centrado en lo humano, no en la descripción del personaje, no en el lenguaje, no en la estructura. Me gusta esa fuerza que tiene el teatro de capturar a un ser, de hacer su fotografía, de convertirlo en un ser de ficción, pero en una situación que lo concentra en lo que es.
LOS PROCESOS Y LA INVESTIGACIÓN
_ El teatro que se acerca a los personajes reales amerita un importante trabajo de investigación…
_Si, a mi me gusta. Mi dramaturgia de verdad no tiene que ver en nada con lo que me pasa a mi, mi vida es como la de cualquier otro ser humano normal y corriente. No hago teatro por catarsis, no hago teatro por terapia. No escribo teatro por nada de eso. Me gusta ese teatro de investigación sobre personajes que nos metan en un conflicto moral y ético, devaluación de la sociedad, de justicia, de como y por qué estamos haciendo las cosas. Ese es el teatro que me llama la atención. Un teatro de fuerza social, política, económica, que nos haga preguntarnos cosas.
_ Somos una sociedad con mucho tema que abordar…
_ A nosotros nos pasan cosas demasiado terribles y nadie nos da respuestas de eso. Aquí asesinaron a un fiscal, lo explotaron en su camioneta y nadie todavía nos ha dado una explicación de eso. Nadie nos ha dicho quien lo mató y por qué lo mataron. Al ser un fiscal de la República era un símbolo de la justicia. Entonces eso es un hecho histórico, coyuntural. Esas son las obras para mí. Es decir que la vida te presenta las obras con grandes interrogantes, aunque lo más seguro es que el dramaturgo tampoco tenga la respuesta, pero al menos se plantea el problema. Esos son los temas que hay que tratar porque este país necesita preguntarse y responderse cosas. Necesitamos exigir respuestas ante lo que nos está pasando como sociedad. No nos podemos quedar conque todo nos acontezca, conque todo nos revuelva nuestra vida como ciudadanos y que nadie nos de una explicación, nadie nos ofrezca una disculpa pública, que nadie diga nada
_¿Que resultó de todas esas interrogantes?
_  Escribí una obra que se llama El Fiscal, porque yo quedé impactada con eso, quedé haciéndome muchas preguntas y no conseguí nada en la prensa. No encontré respuestas en la hemerografía que investigué. Ni siquiera encontré respuestas en los familiares. Entonces, yo me pregunto, ¿Quién va a dar respuesta de eso? Porque eso es algo que a todos nos abruma. Es cómo quién nos ha dado respuestas a nosotros del once de abril. ¿Quién nos esclarece a nosotros un acontecimiento donde mataron a tantos ciudadanos civiles, injustamente? Perdieron su vida por ir a una marcha, por sentirse parte de un país, por querer manifestar y expresarse como ciudadanos sencillos que fueron acribillados, asesinados y nosotros aun no sabemos por qué. Todavía hay presos que son y otros que no son, unos afuera y otros adentro y eso es un problema ético, de nuestra idiosincrasia.  Yo creo que alguien que quiere ser escritor, que los escritores lo mínimo que deben hacer es preguntarse por esos temas que nos sacuden.
_ ¿Consideras que el tema social es una base fundamental para tu obra?
_ Si me afectan mucho los temas sociales, me involucro mucho. Creo que la dramaturgia es una parte importante del país, ahora, a mi también me gustan los temas sicológicos, los temas filosóficos, los temas de la siquiatría, no solamente los temas sociales. Tengo una pieza como “El secreto de la felicidad” que cuenta sobre un profesor que ha dado toda su vida a la enseñanza de la filosofía y que un día descubre que no hay nada más inútil que estudiar filosofía, por lo que se encierra en un cuarto donde abre un hueco y decide que su mujer y su hijo le pasen por allí la comida. No quiere tener contacto con el mundo, se quiere morir allí. Tiene un brote sicótico, porque está hastiado, cansado de haber sido un servidor.  Se siente fracasado  como padre porque tiene un hijo que lo único que quiere es acostarse con el director del centro donde estudia para conseguir su nota y tiene una mujer que lo único que le interesa es no engordar y se convierte en una bulímica.
_ ¿Se necesita ser un cuestionador permanente?
_ Si, indudablemente y mucha gente te detesta por eso.  La gente te empieza a tener como rabia, como a reclamar porque te metes en algo que no es tu problema, porque jurungas ese tema, porque destapas esa alcantarilla y a veces algunos creen que uno lo hace porque uno se considera un ser intachable, sin errores, que se cree perfecto y que por eso se da el derecho de cuestionar y  no hay nada más lejos que eso. También se corre el riesgo de crearte la imagen de persona conflictiva, es el riesgo que se corre cuando tocas temas que son incomodos para la sociedad, pero ese es mi riesgo, es lo que yo quiero hacer, a mi no me pagan por hacer dramaturgia. Ahora donde me pagan soy calladita, no cuestiona nada, hago mis escenitas, las mando, cobro y todo chévere. Ahora, lo que a mi me gusta, no lo voy a hacer en un ambiente de absoluta complacencia porque yo no escribo pensando que le va a gustar al espectador. Generalmente las piezas no tienen una solución. Yo planteo el problema y de alguna forma lo que dejo es la pregunta: ¿Tu qué vas a hacer espectador con esto?
_¿Consideras que la investigación, abre las puertas hacia la estructura de la obra?
_ La investigación te da mucho, los personajes, incluso diálogos porque consigues documentos que te permiten acercarte a los hechos. A su vez la investigación te da la estructura, en el caso de “El Fiscal” empiezo por el final, por el momento en que lo explotan y entonces allí aparece el fantasma quien se dedica a hacer la investigación de su crimen y se consigue con su mamá, quien murió cuando aun era un niño de 13 ó 14 años y su madre muere del mal de Chagas. Conseguí una entrevista en la que  Danilo Anderson habla de la muerte de su madre, de ese día, de la entrada al hospital, de la pobreza, de lo terrible del sistema de salud. Ese fue el momento en que el decidió dedicarse a la justicia, victima de no tener los recursos.
_¿ Consideras que el teatro es un medio para  formar opinión, para educar?
_ Eso es una carga muy fuerte para un autor. Una responsabilidad demasiado grande para una pobre persona que lo que hace es el intento de decir lo que piensa y lo que siente. No me atrevería a decir que debemos cargar esa maleta tan pesada. Yo hace años tuve una discusión muy fuerte con el ministro Farruco Sexto, quien quería hacernos emancipadores, conquistadores; que los grupos fuéramos al Amazonas a presentar teatro allá, que nos metiéramos en los barrios, pero yo pienso que esa no es nuestra labor, no escogimos el teatro para ser servidores sociales sino por ser participes del mundo del espectáculo y de la ficción y que si eso hace un aporte, contiene valores importantes dentro de lo humano y hace un aporte critico, más que tratar de educar y tratar de aleccionar, ofrecer otra mirada es más que suficiente.
 _¿ Cómo debería asumirse entonces el papel del dramaturgo?
_Nosotros tenemos otras responsabilidades y angustias estéticas, estilísticas y como expresar nuestra estructura de pensamiento, nuestra manera de como presentar las obras y eso es algo que tiene que ver con la búsqueda de la perfección en tu obra de arte, tu escribes una obra y la siguiente quieres que sea mucho mejor. Quieres ser más creativo. El creador siempre anda en unas especulaciones que tienen que ver con que fuiste a una exposición y viste algo que te impactó, por ejemplo. Si alguien se modificó, cambió, le mejoró su vida, excelente pero si no pasó nada de eso, no es para angustiarse, porque la realidad es que cuando alguien quiere mejorar va para el sicólogo o para el siquiatra. El que quiere hacer labor social que la haga pero nuestro objetivo es escribir, que la gente se conecte
_¿Y qué tipo de conexión piensas que hay que buscar?
 _Yo creo que es emocional, que es conquistar un corazón, unos oídos que te escuchen, una mente que te arrebate tu pensamiento
 _ ¿Ahora a donde vas?
_Quiero montar otra pieza mía. Aunque estos últimos tres años se ha montado teatro venezolano hay una escases de productores para los autores, así que como no me montan me tengo que empeñar en eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario