lunes, 3 de octubre de 2011

Ana Teresa Sosa



La realidad es más fuerte que todo lo que puedas imaginar.

Por: Inés Muñoz Aguirre

La mañana la trajo hasta el este de la ciudad, preguntando, descubriendo cada esquina, para sentarnos al aire libre y conversar. Siempre he seguido la trayectoria de Ana Teresa, porque a su regreso de Nueva York tuvimos la oportunidad de conocerla, cuando nos reuníamos a leer nuestras obras Gustavo Ott, Carlos Sánchez, Carlota Martínez, Johnny Gavlovski y tantos otros que pasaron por la pequeña sala de mi grupo Nueva Gente, en el que los interesados en escuchar lo que habíamos escrito se sentaba hasta en las escaleras que daban hacia la calle.
Ana Teresa ha participado en la escritura de unas cuantas telenovelas, pero jamás ha abandonado su carrera dramatúrgica, por el contrario su trabajo ha sido constante. Ahora se nos presenta con una novela en las manos “Casa de Varones”, de la cual además de escritora es editora. “Casa de Varones”, nos cuenta la vida de Carlota Guerrero y nos cuenta también la historia de un país a través de las vivencias de sus personajes. “Casa de Varones” está escrita en primera persona y está dividida en nueve partes, nueve historias, cuyo lugar de acción ocurre en Sarria. Aunque el contexto histórico y social; es decir, el imaginario, nos acerca a la ciudad, al país.
SOBRE LA AUTORA
_ ¿Cómo se produce el acercamiento con las letras?
_A los trece años me jubilé del colegio de monjas donde estudiaba y llegué al Ateneo. Toco la puerta del teatro y me abre el director. Era un ensayo general de Chuo Gil de Arturo Uslar Pietri. Allí estaban Ibrahim Guerra y Pilar Romero; montados en unos zancos.  Viéndolos descubrí que ese era el mundo que yo quería vivir.
_¿ La reacción fue inmediata o pasaron algunos años para concretar el hechizo?
_ Años después estudio historia en el pedagógico por una influencia marcada de mi padre. Mi papá era un músico cuya pasión era la lectura. Nos mostró un mundo en el que nos lleva a mis hermanos y a mí al Congreso Nacional.  Yo tenía unos seis años y nos hablaba de diputados, senadores. Nos hablaba de Grecia. Nos llevaba Al panteón para hablarnos del Libertador. Lo apasionaba la historia y la literatura.  A los trece años me entregó la obra completa de Oscar Wilde, lo cual no era muy lógico para una niña de esa edad, pero él decía que era uno de sus escritores preferidos.
_ ¿Después de haber visto aquella obra, seguiste asistiendo al teatro?
_ Por supuesto que iba a ver teatro, era la época de Carlos Giménez, Márquez Páez, yo amaba el teatro pero no sabía con claridad que es lo que me gustaba. Entre tanto  en el Pedagógico le hacia las cartas de amor a mis amigas y amigos, les escribía lo que ellos querían comunicar, aquello que para todos era difícil a mi me parecía muy fácil. Total que me voy a Nueva York con una beca a estudiar cine. Descubro en Nueva York con mayor certeza que lo que me gusta era escribir.
_ ¿Cómo lo descubres estudiando cine?
_ Porque todos mis compañeros eran unos genios y las mejores películas eran las mías. No estaban mejor hechas sino que estaban mejor escritas. Cuando llego a Caracas me planteo que voy a empezar a escribir seriamente. Empiezo a hacer talleres, porque decidí escribir teatro.  Hago un taller con Juan Carlos Genet, quien un día me llama y me dice que como él tiene mucho que agradecerle a Venezuela antes de irse,  quiere pagarle en algo dándome un taller a mi sola por un año. Todo el mundo le temblaba a aquel señor, pero yo me dije, yo no le voy a temblar. Yo después de haber vivido sola en Nueva York, de haberme enfrentado a todos los mostritos, no le podía temblar. Así fue como recibí de él muchos conocimientos porque me dijo que me enseñaría todo lo que sabía de dramaturgia. Después hice michos talleres más ya sabía que todo lo que yo hacía me iba a servir para la dramaturgia
_¿Cual fue la primera obra que escribiste?.
_ Escribí “Dirigido a Eva” era el tema político visto a través de una bailarina. Conviví  ocho meses con Zhandra Rodríguez y su grupo, ella era la estrella de la danza y yo necesitaba verlos, saber lo que hacían, de sus dolores que también los sienten. Hablé mucho por ella, pero mi intención no era escribir de su vida. Ella me contaba todo y yo le decía que los escritores siempre traicionamos, no  por traidores le dije, pero no me reveles cosas porque una vez que me las dices son mías.
_¿ Y después?
_ Vi una noticia pequeñita en el periódico de una señora que estuvo encerrada cuarenta años por el marido en Cumaná y las hermanas del marido eran sus carceleras. Esas son imágenes increíbles. ¡Esa historia me mató!
_¿Lo primero que te vienen son imágenes?
_ Claro. Empiezo a investigar, me voy a hemerotecas y me encuentro con que a una señora en Grecia le hicieron lo mismo, otra en Italia, pero lo de aquí era más cerca.  Descubro que es un comportamiento primitivo de algunos hombres y decidí escribir una pieza que se llama “Corazón de fuego”. Tres ancianas y una muñeca que esperan que las vengan a visitar. Allí empiezo a liberarme del asunto escolar. Es una obra muy violenta porque es todo lo que les has dado al mundo y el mundo te abandona. A su vez ellas son malas, por el resentimiento.
_ ¿Hablas de una liberación de lo escolar, ¿quiere decir que inicias un proceso de cambio en tu forma de abordar la estructura teatral?
-          _Claro. Al principio la obra de la bailarina fue como un ejercicio  aristotélico. Había un cuento, una problemática, un punto central, un clímax y un desenlace.  Esa obra la mandé a Fundarte y la publican.  Entonces empiezo a tener más seguridad. Se hizo una lectura dramatizada con Roberto Lovera, y empecé a descubrir otras cosas, a buscar más libertad. Después de esto me plantee escribir lo que me diera la gana. Aristóteles se fue, se fue Genet al que amo. Se quedaron atrás y escribo “Con los demonios adentro” con esta obra gano el Premio Santiago Magariños y es publicada en dos ocasiones, primero por Monteavila y después por el Celcit.
_ ¿De dónde surge la historia?
-          Yo había visto unos mendigos en Nueva York que me impresionaron mucho. Cuando regreso a Caracas me encuentro con unos mendigos que no había antes. Entro a trabajar en Radio Caracas con la novela “Por estas calles” y recuerdo que con Ibsen caminaba mucho. Jamás me fui a Sarria en transporte público, caminaba y caminaba. Es allí cuando me planteo escribir una historia de mendigos con una mujer que les cuenta cuentos y los hace soñar.
_Otra obra premiada, en este caso por el Círculo de Escritores de Venezuela fue “Gritos, crímenes y sortilegios”
_Si, es una obra de cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres que hablaran de los mismos temas sociales pero cada uno desde su punto de vista. Era una obra muy experimental sin embargo cuando me premiaron la gente estaba impactada por sus tema. En ella veo lo social desde dos puntos de vista el masculino y el femenino.
_¿Qué giro se produce en tu forma de escribir?
_Me siento libre, aunque todo esto también tiene un bagaje en el que me acompañaron Muller y   Koltés.
_¿Cuáles se puede decir que son tus más importantes referencias?
_Yo tuve maestros que me guiaron, Roberto Lovera De Sola fue muy importante en mi vida, Genet que me dio una lista de dramaturgos que tenía que leer. Shakespeare que es la biblia. Hay gente que dice que yo estoy muy influenciada por los griegos. Después tuve la suerte que mi papá vendía libros viejos y me llegaba la crema de la crema, como por ejemplo La Divina Comedia y de
-          los modernos lo poco que uno pudo leer de Koltés, porque escribió nueve obras nada más. Yo leí cinco de ellas. Muller me influenció porque eran los 80. De los autores venezolanos creo que todos, cada uno a su manera. Rodolfo Santana me influenció por el asunto social, aunque una vez me dijo que yo era demasiado cruda al contar, que escribía muy fuerte para ser mujer. Yo trataba de mover emociones, no de ser femenina..
_¿En qué proceso te encuentras en la actualidad frente a la dramaturgia?
_Yo siempre tengo dos obras en proceso. Terminé una que se llama Jefatura. Es muy fuerte, tiene personajes muy liricos, pienso que la jefatura es la base de la sociedad, como la familia. Tiene imágenes muy fuertes porque me han pasado cosas como que un día llegué a sacar una partida de nacimiento y me encontré con que estaban sacando un cuadro de Bolívar para poner uno del Che. Así me plantee  en la Jefatura de La Candelaria que yo tenía que escribir una obra sobre eso.
_Pero me llama la atención, además, la importancia que le das a la jefatura como tal…
_Para mí el tema de la jefatura es muy importante porque nosotros somos ocho hermanos y prácticamente todos los sábados había que ir a buscar a los varones a la jefatura. Era como el patio de mi casa. Claro esta visión de ahora tiene un carácter más político porque yo me he convertido en alguien más radical. Radical contra este régimen y creo que hay que serlo, los ni-ni no me gustan.
_¿Tu eres de la teoría que los artistas deben fijar posición?
_Si, a mi no me gustan los artistas que están más allá del bien y del mal. Ellos son demasiado sensibles para entender el mundo. No, no. Como decía Muller el arte no es política, es los traumas que genera la política en los seres humanos. Yo tengo una posición política en todo lo que hago.

EL RITUAL DE ESCRIBIR
_¿Hay un tema que defina el contenido de tu obra?
_Me importan los temas sociales, políticos. En estos 25 años escribiendo teatro tengo la búsqueda de la ética, la búsqueda del lenguaje.
_¿Conservas un ritual específico o ha cambiado en el tiempo?
_El ritual ha ido cambiando en relación a cuando empecé a escribir Yo me levantaba muy temprano en la mañana. A las 5 ya estaba escribiendo. Me preparaba un café muy fuerte. Escribía como hasta las 10 que me iba a trabajar. Nunca escribía de noche. De noche corregía lo que había escrito en la mañana y medio corregía. Los sábados y domingos eran fascinantes porque era día libre para escribir.  Después he ido cambiando, acuérdate que tengo 18 años escribiendo televisión.  Entonces, ahí si hay que adaptarse porque la escritura de las telenovelas es muy dura. Es bueno y es malo. Es bueno porque te da una musculatura que te la creas a fuerza de disciplina.  tienes que escribir catorce escenas porque sí y a lo mejor no te gustan o no estás de acuerdo. Además cada seis meses tienes un jefe que te dice lo contrario a lo que te dijo el otro. Tienes que aprender a escribir como le gusta al otro. Solamente en "Por  estas calles”, tuve como 14 jefes. Duró tres años, empezó con Ibsen Martínez y después pasamos por un periodo donde prácticamente había un jefe nuevo por mes. Yo era la memoria de la novela.
_Pero sin duda es una experiencia valiosa, porque te crea el compromiso diario…
_Aprendes a escribir en cualquier sitio, ya no hay mesa sagrada ya no hay nada. No hay horario, el horario es el del que manda.  Lo importante es que gran parte de mis obras las escribí en los canales de televisión y luego sábado y domingo trabajaba con más libertad.
_¿Cuándo escribes teatro, diagramas, cómo te preparas para abordar la obra?
_Cada obra exige un proceso distinto. “Maldita de todos”  la diagramé, porque  tenía mucho que ver con algo que sucedió frente a mí. Cuando regresé de Nueva York estaba muy deprimida y me sentaba enfrente de mi casa. Allí viví como una muchacha que vivía al frente abandonaba a su marido y a sus hijos. Se empató con el que vendía drogas.  Tiempo después ella regresa, y el esposo la perdona.  Un día se corta las venas y yo la llevo a la Cruz Roja donde la curan. Después de eso se zumba de la platabanda de su casa. Era una mujer muy bella, una mulata que no aguantó  la culpa. El amor la destruyó. Como eso era tan de la vida real, yo tenía que diagramar. Si cuentas la realidad sin imaginación es muy cruda. La realidad es inclusive más fuerte que todo lo que puedas imaginar.¡
_¿En que momento te planteas la narrativa como un objetivo?
_Hace como siete años, aunque no me lo plantee como un objetivo. Lo que pasa es que tenía las historias de un barrio en el que crecí. Tenia tanto bagaje sobre Sarria que no lo podía escribir para teatro. Yo además, le debo tanto a la ciudad. Tenía que hablar de la Sarria de mis bisabuelos, de mis abuelos, porque Sarria ya no existe. Allí quedaran unas 70 casas y es una zona de alto riesgo. Allí los mendigos venden aluminio, venden drogas.

Y EN CASA DE VARONES ¿QUE?
_ ¿Cuál es el viaje que realiza la protagonista de Casa de Varones?
_Esta mujer hace un viaje desde su ignorancia hasta su sabiduría.  Al final ella llega a que lo importante en la vida es la libertad, la familia, los valores. Un escritor amigo me escribió yo no sé si ella es una heroína o un espanto. Ella dice que los heridores, que es una palabra bíblica, deben pagar, que Dios tarda mucho y ella manda a que los que la hieren paguen.
_ ¿Sin embargo, también podemos decir que Casa de Varones es una historia país?
_En esta historia  se unen muchas variables, Hay un tema que me mortifica que es el matriarcado. Yo tengo una hipótesis que es que uno de los grandes errores que cometemos las madres es que creamos seres muy débiles cuando criamos hombres. Es un tema que me tiene curiosa. Empezando por mi abuela. Ella era una mujer que se quedo huérfana  cuando nace. Su papá tuvo 30 hijos  y la llevó a ella de casa en casa. Eso la hizo muy fuerte. Ella  era fea, no veía bien y tenía una voluntad de hierro. Hizo mucho dinero. Le regaló una casa a cada una de sus hijas cuando se casaban, porque decía que una mujer sin casa no vale nada. También decía que ella no se entendía con mujeres sino con hombres. Fue muy curioso, ella a os hombres les pagaba los mejores colegios y las mujeres estudiamos en liceo público, pero todas las mujeres salimos adelante. Como es un tema que me intriga comencé a indagar y me encontraba con muchos respuestas repetidas.
_ Este personaje es entonces, una mezcla entre tu abuela y un personaje imaginario….
-          _ Si. Mi personaje descubre en ese viaje que hace que se equivocó con los varones.  Ella dice cosas como “ los varones y sus debilidades”
_¿Cuánto tiempo te llevó escribir esta novela y cómo fue el proceso?
-          _ Abandono la novela como año y medio  o dos años. Tenía problemas. La retomo sigo escribiendo y como no era dramaturgia busqué una persona que es un corrector de pruebas quien me hacia correcciones. A el no le gusta como yo escribo, porque le gusta lo directo, no lo poético. El me enseñó mucho. Me corrigió capitulo tras capitulo.  Un día me dijo porque tenía 500 páginas que quien me iba a pagar esa edición. Vinieron dos años más de trabajo hasta llevar la novela a 199 páginas. Yo le decía que por qué no me lo había dicho antes. Pero me sirvió para aprender que en la corrección hay un aprendizaje.
_Además de que es el proceso más difícil
_Yo no veía lo repetitiva que estaba. El me subrayaba lo que consideraba que estaba repetido o dicho de otra manera. Ahora que la releo editada casi una cuarta parte o más de la novela es la época de Gómez, pero claro si mando 27 años y es el tiempo en que vive la protagonista
-          ¿Al escribir una novela con referencias de determinadas épocas, cómo fue el proceso de investigación?
-          Busque los  libros de la Dra.  Bustamente que es un poco la síntesis de lo que ocurrió en los últimos dos siglos. Tengo un hermano historiador y lo tenía como de asesor. Me decía de libros sobre los que me tenia que apoyar, después vino el trabajo de ver como contar esa historia sin que la gente lo perciba como algo histórico.
-          ¿Como ha sido la recepción de la novela?
-          Recibo bastante feed back de la gente por Facebook. Yo soy como una hormiguita y Benjamin Cohen  me enseñó los trucos de la comunicación actual. La publicidad ha sido más boca a boca, y he recibido un buen feed back de los periodistas que me han entrevistado. La novela la quieres o la odias. Una amiga me dijo que se le metía Carlota Guerrero en el cuerpo cuando sale a la calle y se enfrenta a esas cosas terribles que pasan en la ciudad. Creo que la novela tiene el poder de generar emociones como las que genera Buckosky. Te mueve cosas y ese era mi objetivo.


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