BASILIO ALVAREZ

DE LA MATEMATICA AL TEATRO

Por: Inés Muñoz Aguirre

El público conoce a Basilio Álvarez como actor, director y dramaturgo a través de un trabajo que durante treinta años ha venido realizando con el grupo teatral Skena. Ahora a ese mismo hombre, docente, matemático y creador le ha surgido un nuevo reto como lo es el de dirigir el Teatro Premium, una sala con doscientas butacas que ha sembrado la expectativa en sus vecinos de Los Naranjos, que bien podrían, como aspira Basilio, hacer de dicho espacio algo suyo. Expectativa que además ha sembrado una nueva esperanza en el sector cultural en general.

-          En el primer momento cuando te llamaron y te ofrecieron este nuevo reto, ¿qué te planteaste?

-          Yo aposté mucho a tener un contacto directo con el público de la zona. Primero hicimos dos presentaciones de “Ay Carmela” y la gente respondió, después fue un concierto de Gaélica y también, después fue que lanzamos la temporada con las obras que están en cartelera  Confesiones de mujeres de 30 y  Brujas,  como teatro para adultos y Besos para la Bella Durmiente dirigida al público infantil.

-          ¿Cuál ha sido tu propuesta al asumir la gerencia de esta sala?

-          Tenemos que cultivar al público con obras que hayan tenido éxito y hacer que ese público haga de ese espacio algo suyo. Una de las cosas que me he planteado es que hay que entender, lo importante de que en una ciudad como está cada vez más complicada, no sólo por la inseguridad sino por lo difícil que se ha vuelto trasladarse de un lugar a otro, haber ganado una sala en Los Naranjos es un logro fundamental.

-          ¿Cómo se manejaron dichas expectativas?

-          Nuestras expectativas son primero cautivar el público de la zona. Así que primero se paso encarte a todos los edificios, se hizo un trabajo de mercadeo directo. Los guías son nuestro gran termómetro porque ellos tienen un contacto directo con la gente y nos comentan que es muy importante la presencia del teatro dentro de un centro comercial porque ello hace que incluso se esté acercando gente que no tiene ni idea de lo que es un teatro. Uno de ellos me comentaba que una señora preguntaba si un teatro es cómo el cine y por la explicación que se le dio concluyó que “esto es en vivo”, ahora voy a tratar de recuperar los miércoles y jueves populares con el objetivo de ganarnos al público más joven,

-          Para un creador, además de la visión comercial y del mercadeo siempre hay otras inquietudes, a qué estás apostando tu en este momento?

-          Yo apuesto a la formación porque el tema de la cultura no tiene que ver con lo económico, muchas veces tiene que ver con niveles de acceso cultural. Hay gente que lo que ha hecho es trabajar toda su vida, lo cual es totalmente válido, y nunca se dio un chance para leer un libro para acercarse a una obra de arte.

-          El sueño de todo creador es tener un espacio ¿Cómo definirías esta posibilidad de gerenciar un teatro cómo Premium?

-          Si, es cierto; yo creo que todo creador necesita un Espacio. En el Teatro Premium, Skena y yo en ´particular estamos como aliados con el fin de lanzar un espacio que funcione lo mejor posible, pero no es nuestro espacio. El creador en general busca un espacio propio donde pueda desarrollar su imaginario. Lo más importante para todos y en especial para mí en este momento es entender que en la medida en que esta sala se desarrolle, a lo mejor en esa misma medida otra gente, desde la empresa privada, apuesta a abrir otra sala.

-          DE LA RAZON A  LA CREACION

-¿Como un matemático entra en el arte?

-La conexión del matemático con el arte, tiene que ver con un matemático que se inicia como educador. Yo soy hijo de asturianos y el ser hijo de emigrantes españoles te liga para siempre con la matemática, lo digo porque a mi hijo le está pasando lo mismo con mis padres, porque los abuelos terminan muchas veces educando a los niños, y es que el juego de cartas, el juego de parchis, el juego de dominó, esas cosas que se viven en las casas españolas genera un juego matemático. Además mi mamá fue cocinera y mi papá de bar, toda la vida en el restaurante y yo siempre desde pequeño como barman, como mesonero, iba, cobraba en una mesa, entonces vas a la caja, sacas el porcentaje. La matemática siempre estuvo alrededor mío, del trabajo y de mi familia. Eso es muy español. En la secundaria me llamó mucho la atención la docencia en matemática. Una de las cosas que yo tenía claras en mi vida es que quería ser profesor en el Colegio Champagnat que era donde yo estudiaba. Finalmente estudié física y matemática.

-          ¿Y cuál es el momento en que esa inquietud se liga con el teatro?

-          El teatro llegó a mi tarde, entre cuarto y quinto año de bachillerato. Se convocó en el colegio para crear un grupo de teatro, pero a mí me gustaba mucho una muchacha que se llamaba Eva Briceño y yo no sabía ni cómo abordarla. Los muchachos que estaban convocando al salir del salón lo último que dijeron fue: “Eva, tú no puedes faltar” y yo que ni me había enterado de lo que habían dicho decidí que si Eva no podía faltar, yo tampoco. Así fue como el 13 de octubre del 79, fui a esa reunión; a la que Eva no fue. Me dio mucha vergüenza irme porque ya la reunión había arrancado, pero resulta que fue muy atractiva, hicieron ejercicios, nos dijeron que improvisáramos con nuestros nombres y bueno, mi nombre es muy particular y la gente se reía y se divertía conmigo. Descubrí algo donde la gente se fijaba en mí y yo podía transmitirles algo y desde ese día no he abandonado el teatro.

-          En principio ¿Cómo crees que se encontraron tus dos inquietudes?

-          Bueno, en mi familia no había una cultura de ir al teatro, era una cultura de trabajo, y de ellos heredé la capacidad de trabajo lo cual lo he aplicado al teatro, no sólo en la parte artística, sino en la de esforzarse porque las cosas salgan bien. A veces he llegado al extremo de estar dirigiendo o actuando en cuatro obras al mismo tiempo, pero tiene que ver con esa tendencia de levantarte muy temprano, trabajar todo el día y acostarte lo más tarde posible.

-          - En el momento en que te acercas al nuevo descubrimiento y decides hacer del teatro una forma de vida, cómo asumen tus padres el que su hijo se hubiera encontrado con algo que ellos jamás se habían planteado?

-          -Mientras era en el colegio era como un anexo más a mi profesión; ya cuando comienza a tomar un matiz como más profesional, como proyecto de vida, mis padres sintieron miedo. Mi mamá es más dominante, mi papá es más de escuchar y proceder a la libertad, ambos empezaron a preocuparse en cosas como de qué va a vivir mi hijo. Mis padres son gente de pueblo y después de esforzarse tanto sienten mucho más miedo porque ha sido mucho el esfuerzo. Yo siempre supe sacar provecho a todo, nunca se me olvida por ejemplo que a la tasca de mi papá siempre iba un director de teatro que tenía un carro todo esperolao, a veces no le daba ni para pagar la cerveza en la barra y mi papá me decía ¿Tu quieres ser así? Aquel planteamiento era muy rico, porque frente a su preocupación yo si sabía que yo no quería ser así, yo quería alcanzar un desarrollo a nivel humano pero también económico. Por eso yo siempre he administrado mi grupo, la taquilla y los patrocinantes. Creo que tiene que ver con que la calidad está relacionada al pago justo por lo que tú haces.

-          -Entonces, tu no crees en el concepto ese de que los números se oponen a la parte creativa?

-No, porque además yo manejo la matemática desde el punto de vista de que es un elemento imaginario muy fuerte, porque trabaja con conceptos de la geometría, los números, el algebra, relacionándose también con la imaginación.  Siempre que daba clase de matemática buscaba explotar el poder imaginativo en el niño para que no se la aprendiera  de forma mecánica sino que la entendiera.

-          Específicamente en el teatro, cómo estableces esa relación?

-          Chocrón siempre me decía: No sabes lo que te va a ayudar teatralmente que seas matemático, él es economista; porque la imaginación vuela tanto a nivel de dramaturgia, de dirección o actoral que te alejas y no tienes los pies sobre el piso.  El artista debe saber a dónde va, qué es lo que quiere decir. Hay un cuadre matemático en la dramaturgia, en la puesta en escena, en la fotografía. Eso me llamó poderosamente la atención y concluí que tienen que estar contentos entre ellos, el mundo racional con el irracional.

SKENA: TRABAJO CONSTANTE

-          ¿En qué momento especifico de esta historia nace Skena?

-          El día de la reunión en el colegio. El grupo lo dirigían Roberto Gutiérrez Plaza, nieto de Juan Bautista Plaza y sobrino de Alicia Plaza, hijo de la ceramista Beatriz Plaza, de una familia de artistas y Antonio Martínez. Como todo grupo que se forma en los colegios son grupos que a los dos años se disuelven porque la gente busca otros rumbos, pero Juan Carlos Ogando y yo decidimos retomarlo. En ese momento ya estaba estudiando física y matemática en la Católica y dando clases en el Colegio Champagnat. Decidí tomarlo como un taller, así como había voleibol y futbol, tenía que haber teatro. Me preocupé por hacer un pensum con el objetivo de formar a los jóvenes con una mística y valores particulares, buscando que fueran mejores personas, más que buscar hacer de ellos actores o escenógrafos. En esos 10 años de Skena, jamás me platee un teatro profesional, montábamos dos o tres obras, hacíamos investigación. Era una herramienta formativa. Era como una extensión de mi clase de la mañana en matemática y física que continuaba en el sótano del colegio y a veces teníamos experiencias más ricas y mejores resultados con los alumnos allí, que en la clase de la mañana.

-          Obviamente en ese proceso en el cual tu formabas  y desarrollabas las inquietudes en los jóvenes estudiantes, cómo hacías para tu manejar el conocimiento teatral, si nunca habías salido del  colegio?

-          Bueno una vez que me gradué en la Católica y que comencé a coordinar el área de física matemática del Champagnat, empecé a buscar esa formación teatral. Estuve en el Taller del Actor de Enrique Porte, con Levy Rossel y después terminé formándome con Genet.

-          ¿Y cómo se produce el salto de lo escolar a lo profesional?

- Luego Diego Moyana y Armando Álvarez me proponen encargarse de la parte estudiantil y formativa porque consideraron que yo debía dar el paso de dirigirlos a ellos que ya era gente formada y empezar a hacer trabajos profesionales. Comenzamos con “El Contrabajo” de Süskind con Giovanni Reale, “Alecio” una comedia de equivocaciones española que se presentó en El Patio de San Bernardino durante seis meses agotando las entradas, después hicimos “Sueño de una noche de verano”, Así fue creciendo en paralelo la parte profesional con la parte formativa.  Hoy en día tenemos seis talleres formativos en distintos colegios el Champagnat, el Madre Matilde, La Concepción de Terrazas, la Fundación Cultural Chacao, en el Trasnocho y un sexto taller que tiene seis años funcionando que son los padres de los adolescentes. Lo padres hubo un momento en que se rebelaron y plantearon que sus hijos les contaban tanto sobre lo que hacían que querían vivir la experiencia. Todos son talleres que duran entre siete u ocho meses y en los que buscamos que todos los alumnos vivan en la práctica lo que es el montaje de una obra de calidad.

- Un aspecto muy importante en el trabajo teatral de Skena ha sido la capacidad de ver siempre más allá en su público, lo cual les ha permitido abordar con igual compromiso el teatro infantil como el teatro de adultos. ¿Cómo surge y cuál es el objetivo con el teatro infantil?

-Después de los 90, abrimos el trabajo infantil porque sentimos que en esa área hay una problemática, siempre es el mismo cuento que se ha hecho como sesenta veces. Comenzamos a hacer investigación para el teatro infantil y conseguimos un gran autor español que es José Luis Alonso De santos que ha escrito tres obras infantiles, además del teatro de adulto. Hemos tratado de hacer teatro de alta calidad, que el muchacho también pueda reflexionar con lo que se está planteando, obras de teatro escrita para ellos o en todo caso trabajamos con obras sobre las cuales yo me he dedicado a hacer versiones como es el caso de las Habichuelas Mágicas.

-          Detrás de la escogencia de las obras debe haber un lenguaje, un compromiso especifico…

-En el teatro de adultos, tratamos de tener un compromiso con la sociedad y con lo que nos está pasando, hicimos “Pequeños fantasmas”, “La última pirueta” y lo más cercano que es “Ay Carmela” donde hablamos de la división a través de un hecho histórico. En el teatro de adulto el resto es no alejarnos de lo que sucede a nuestro alrededor, si bien es cierto que montamos una obra como “La pareja dispareja” que es una excelente comedia de los años 60 de Neil Simons, que es una obra limpia, sin groserías, también nos apasiona  también podemos montar “La Ola”, que nos habla de lo que es la manipulación de la gente por un líder, por una sola voz y no nos damos cuenta a veces que eso está sucediendo. Todo el grupo vimos la película hace unos dos años y después no llegó a la distribución comercial, entonces decidimos montarla. Esta es una obra que es demasiado directa en lo que tratamos de criticar. En el teatro de adulto creo que además hay como una secuencia, una reflexión.

- Es decir, que piensas que el teatro va más allá del hecho de que te sientes como espectador a observar un tema, digamos que desde fuera…

-  Claro, en el teatro de adultos también hay una conexión, mucha gente piensa que el teatro no tiene capacidad de transformación y creo que esa es una de las cosas maravillosas que tiene. Yo creo que uno no debe montar una obra de teatro teniendo como objetivo transformar algo, pero sí creo que transforma. Creo que después que tú ves un trabajo como “La ola” donde te estoy contando un hecho real, y tienes una estructura que te dice. esto pasó un día, esto pasó el otro día y te vas a tu casa, hablas, comentas. Hay una dialéctica que se genera después.

TEATRO Y EDUCACION

- Yo creo en el teatro como ente formativo pero como todo también puede ser deformativo. Yo creo que en ese proceso de la formación lo que buscamos es que prevalezcan los valores de la familia, que los valores alimenten principios que deben ser muy importantes, porque en el arte hay componentes que te pueden hacer mucho daño. Uno de ellos es el ego, porque si tu quieres montarte en un escenario y pretender que venga un montón de gente y te vea, allí hay un ego fuerte, en donde si no lo encarrilas bien se te puede ir de las manos. Por eso nosotros en los talleres apostamos a todo lo que implica la realización de una obra, disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo, hay que entender que los protagonistas no existen, que si uno tiene más texto que otro no es que sea más importante. Muchos de los adolescentes que llegan a nosotros no manejan estos conceptos.

-¿ A través de qué elementos abordas estos planteamientos?

Para abordar estas cosas trabajamos por ejemplo el compartir papeles. Trabajamos con varios elencos, porque además gracias a Dios, en los talleres nuestros hay de 40 a 50 jóvenes en cada taller, con dos actores o dos actrices trabajando el mismo papel vas rompiendo egos y eso es algo que profesionalmente se ve muy poco. Lo que buscamos es eliminar la competencia y generar el interés porque veas que le está poniendo el otro al personaje, que podamos aprender y asimilar de él. Hay algo tan básico como que en una escenografía tres alumnos estén pintando una pared y al final pueden decir que eso lo hicieron ellos, entre todos. En esa línea de formación nosotros tenemos un alto porcentaje de gente que no se dedicó al teatro, pero que son espectadores de teatro, y en ellos después de ser ingenieros, arquitectos, gerentes de venta, hay una semilla sembrada, que tiene que ver con el expresarte, respetar al otro, con una escala de valores fundamentales donde la disciplina, la puntualidad y el trabajo en equipo son valores que aplicas en tu trabajo.

- A pesar de los “vicios” que descubrimos a veces en el teatro infantil a través de él se pueden generar muchos puntos de conexión con el teatro, cómo lo manejas tu en este aspecto?

- En el teatro infantil hay un elemento importante que es que la familia vaya junta al teatro y se divierta, porque hubo un momento en donde los adultos llevaban a los niños y se dormían durante la obra o simplemente era como cumplir con un compromiso. Nosotros hemos tratado y hecho un esfuerzo para que el adulto lo pase bien y eso está en la elección de las obras y en la forma como trabajes. Si tú tienes una buena obra escrita por un buen dramaturgo, te das cuenta que este se preocupó por el adulto, por el personaje con el que se identifica el niño y por el personaje con el que se identifica el adolescente.

HOY POR HOY

-          ¿Si en este momento tuviéramos que hablar del teatro a partir de una definición?

-          El teatro como dice Peter Brook es uno de los pocos juegos comunes que nos quedan, es uno de los pocos hechos vivos que te permite relacionarte con todos los que tienes alrededor en un acto tribal que nos permite compartir durante una hora o dos.

-          -¿Un elemento importante en el teatro es la dramaturgia, cómo ha sido tu acercamiento a la dramaturgia venezolana?

-          -Ahí yo me critico mucho porque no he realizado un trabajo de búsqueda, conocimiento y estudio de la dramaturgia joven. Me gusta lo que escribió Santana pero indudablemente estoy como envenenado de la gran dramaturgia Cabrujiana y entonces, me autocritico porque al estar tan dependiente y admirador de esas obras, a veces no encuentro los valores necesarios en las obras jóvenes. Entonces me he dedicado dentro de Skena a desarrollar que los muchachos escriban para los talleres y empiecen a experimentar, que no tengan miedo de escribir su primera obra, sino que además cuenten con un campo donde no solamente van a escribir, sino que la pueden ensayar y llegar a  montar y ver la conexión con el público. Bromeo y Pirueta, la escribió un joven surgido de nuestros talleres.

-          ¿Cómo ves el Teatro venezolano en la actualidad?

-          Siento que tratan de ahogarlo, de asfixiarlo desde el punto de vista creativo. Siento que tiene límites espaciales, económicos, aunque creo que el imaginario está en un alto potencial, muy elevado. Pero, no podemos negar que si uno compara con el teatro de los 70 o de los 80, hemos perdido espacios. Carlos Giménez montó obras en las que bajaba la tramoya ¿En qué teatro se puede hacer eso? En el Ana Julia Rojas, que tiene tramoya. ¿Qué otro teatro tiene esa infraestructura en la ciudad de Caracas para poder ser creativo y llevar uno a las personas hacia algo de mayor creación visual? ¿La Sala Ana Julia Rojas en qué se ha convertido? Está perdida, al igual que el Teresa Carreño, que el Teatro Nacional, o El Municipal. 

-          Sin embargo, yo siento que el sector cultural es el que mejor ha reaccionado a la crisis, ves a la gente trabajando a pesar de todo.

-          Si la capacidad de respuesta es fabulosa, yo digo esto en relación al espacio físico o a situaciones como que la gente al ver “La Ola” te dice: oye, pero ustedes si son valientes al decir eso. ¿Por qué? La gente te identifica con esa sensación de ahogo, de una amenaza que sientes que está ahí a través de la humillación, de la censura, de catalogarte en un determinado concepto. En definitiva también y creo que eso tiene que ver con el arte directamente, en la medida en que sientes un agobio, una humillación, una necesidad, sientes más deseos de expresarte, de decir cosas.