La obra para el artista es tan necesaria para vivir como el lenguaje y el sonido para el niño.
Por: Inés Muñoz Aguirre
Frances, muy francés en su actitud corporal y en sus ojos claros con los cuales nos miraba fija y calidamente mientras no lo apuntáramos con la cámara, momento en que desviaba la mirada como no queriendo encontrarse con el lente que atrapaba su imagen. Sentados uno al lado del otro y con los traductores enfrente hojeamos nuestro PUBLICARTE para indicarle que queriamos hablar con él por su relación con el ámbito universitario. No necesitó traducción para nuestras preguntas, las cuales expresó entender con claridad.
- ¿ Cómo nos puede interrelacionar los temas que aborda a través de su trabajo como: liberalismo, igualdad, democracia y todas las reflexiones que usted hace a través de su trabajo?
- Se puede concebir la cultura como un conjunto de obras y la relación de esas obras con los hombres. Pero lo que es realmente importante para mí, es que el dialogo con las obras sea orientado por el que la produce y que al mismo tiempo tenga efecto sobre el productor; puesto que la cultura siempre es un proceso de formación de sí. La filosofía contemporánea del lenguaje ha demostrado que no se puede manipular esa formación puesto que implica el ejercicio de un juicio, que se desarrolla no solo en la palabra y en los pensamientos sino dentro de la construcción de las obras y en la inserción de esas obras en el mundo. Esto está implícito en un proceso de comunicación consigo, con el otro y con el universo, donde se hace hablar eso que se crea. Esto es el principio del dialogo de la obra con la cultura del si y es no solamente de poder interpretarlas, sino de ver como nos podemos situar en el mundo gracias a ellas; que este sea el mundo social o el mundo de las relaciones con el otro o con la obra.
- Muchos trabajadores del ámbito cultural exponen que la obra de arte nace de la inspiración, algunos basados en esta teoría se consideran diferentes o “tocados de los dioses”; si eso es así, entonces ¿Cómo me puedo conectar con esa obra, que sale de una especie de inspiración divina?
- Se ha relacionado la obra con lo dinámico de lo sagrado, puesto que lo sagrado era la voz que en el mundo respondía al ser humano como la voz de la madre. El hombre ha debido identificarse a través del sonido para poder ver al mundo, desear y poder reaccionar. Es la relación de gratificación ante los sonidos que uno emite, como registro de la armonía consigo mismo que es el principio de esta posibilidad de hacer hablar al mundo. Ha sido Humboltd quien descubrió que la prosopopeya, es decir la manera como se le da la palabra a la “cosa” estaba en el origen del lenguaje, pero también en el origen del pensamiento. El pensamiento no es más que la escucha de la escucha. Entonces, lo que es importante es que esa escucha orienta toda producción que sea en el pensamiento o en la palabra en la creación del mundo visual, en la escultura, en el teatro. Es esencial para identificarse que se reencuentre con el mundo eso que proyectamos; como una forma de vida con la cual uno tuvo que verse identificado para poderla proyectar, pero de la cual se debe poder disfrutar para poder reconocerse en ella. Entonces, el principio de la creatividad, del arte, es el mismo que el de la palabra. Al principio el hombre estaba alienado al mundo que él hacía hablar, él ha realizado esa alienación bajo la forma de adoración de lo sagrado, ahora sabemos como se produce la dinámica de la creación, puesto que la creatividad de la comunicación es inherente a la creatividad del lenguaje y que busca encontrarse en las formas materiales para profundizar el conocimiento de sí mismo y poder disfrutar del mundo como otro.
La creatividad del lenguaje siempre ha aparecido como un misterio, de la misma manera aparece como un misterio la creatividad en el arte, tanto que un filosofo tan racionalista como Kant pensaba que la imaginación, la facultad creadora, es un arte que está oculto para siempre en el alma, ahora conocemos sobre esa dinámica; no estamos más alienados por ese pensamiento que se piensa a sí mismo como una especie de visión o de intuición, sino que sabemos que el lenguaje no es un efecto del azar, sin embargo debemos identificar que el mundo en que vivimos no está en armonía con nosotros debiendo juzgar lo que nos hace falta para inventar un mundo diferente. Es lo que pasa con la palabra, con la dinámica misma del pensamiento y en la dinámica de la obra.
- ¿Podríamos concluir en aquella frase de Picasso quien decía: “si la inspiración existe, pero que me encuentre trabajando?
- En tanto que el pensamiento mismo era un milagro natural, que no se podía derivar de la identificación en la comunicación; se ha identificado esa creatividad como una simple inspiración, justamente eso pasa porque proyectaba la voz del mundo en la voz de la conciencia y esta era percibida como una especie de sagrado interno.
- Entiendo entonces sobre “la voz de la madre” a la que usted hace referencia esa especie de inconsciente colectivo que nos entrelaza a todos, pero no puedo desvincularlo de las teorías actuales en las que se plantea la importancia de que el feto sea estimulado con el sonido, porque esto va a influir de una forma determinante en ese futuro niño…
- El niño se liga a la voz de la madre, se la apropia porque es reconociéndose en esa voz que ha disfrutado de sí mismo estando en el vientre de la madre y cuando sale al mundo, él se identifica con el sonido, que lo gratifica en el mismo momento en que es emitido, no hay un tiempo de espera. Es la relación que hay entre el grito del hambre y el hecho de alimentar por parte de la madre, en principio el niño no vive sino dentro de su mundo propio de sonidos pero como el es un aborto crónico de la naturaleza, vino sin los instintos necesarios que lo relacionan al mundo, entonces las sensaciones visuales son vividas como una agresión del mundo y es proyectando sus sonidos sobre eso que el ve, que asocia con el placer de escuchar a lo que ve. Identifica a lo que ve sin poder diferenciarse y es como que si lo que el estuviera viendo, le estuviera hablando con una virtud de gratificación tan fuerte como lo es el caso de la voz de la madre. El cuadro general en el cual está inserto el niño y el ser arcaico, es de hecho una especie de locura original, una identificación esquizoide con el mundo, con el otro y con lo que él ve. El sale progresivamente de esa locura puesto que él puede poco a poco, ajustando sus sonidos a los sonidos de los otros y puede poco a poco establecer un mundo visual estable, un mundo de acción, de deseos y de esperanzas, entonces llega a no estar más tiempo alienado en emitir sonidos y puede disfrutar de la audición de los sonidos y el sentido que tienen, puede inhibir su palabra y disfrutar de todo lo que ella implica y allí comienza a distinguirse del mundo en lugar de hacerlo hablar, el aprende a juzgar eso que es distinguiéndose de esa manera del mundo y basándose sobre el acuerdo con el otro.
EL INTENTO DEL ESPEJO
La mirada fija continua allí como tratando de hurgar en mis pensamientos, mientras Poulain mueve sus manos al ritmo que va dejando sentir su palabra. Sus pensamientos surgen como de quien no deja escapar la minima oportunidad o la pregunta más sencilla para llegar al centro de la vida. Puede ser entonces, que sea válido el intento de llegar a su propio centro. La pregunta obviamente lo sorprende y lo vemos sonreír. También por primera vez a lo largo de la entrevista la traductora tiene que llevarle la pregunta a su idioma. Pero el querer saber como se distingue el del mundo que lo rodea lo encierra de nuevo en la reflexión que era de esperarse “La primera diferenciación es la diferencia entre eso que uno mira y el pensamiento. Entre el pensamiento de la acción y la acción realizada, entre el pensamiento del deseo y la satisfacción del deseo”. Insisto en llevar la pregunta al terreno personal, la traductora me apunta que le pido un imposible a un filosofo, ya no sonreí se escucha una risa abierta que le ilumina el rostro mientras le insisto en qué piensa cuando se mira al espejo.
- Nosotros no estamos condenados a disfrutar del sí mismo dentro de una profesión, no hay sino sicoanalistas franceses en particular Jacques Lacan que cree que cada uno está condenado al espejo y que la identificación de si mismo está ligado a ese narcisismo de reconocimiento visual y entonces el condena a sus pacientes a romantizar sus vidas, con la ayuda de los fantasmas divinos, la autobiografía romántica no es más necesaria que la autobiografía por asociación de un paciente de sicoanálisis.
- Entonces, bajo ese análisis ¿Dónde dejamos el ego del creador de la cultura?
- Se ha relacionada la cultura, la obra y al ego del artista porque pensamos que un artista compensaba los fracasos de su vida queriendo tomar posesión de sí en una voluntad de poder artístico para poder disfrutar de si mismo y de su poder, pero esa es aun la visión moralista que es anterior al sicoanálisis. La salvación que ellos querían impartir era la emancipación a ese yo y una emancipación en relación a la interiorización de un poder de censura que no es constitutivo del otro, porque el Súper Yo no existe, es simplemente una interiorización de la voz de lo sagrado en sí mismo, que ha sido luego secularizada a la cual Freud ha prestado una facultad de filtro infalible. Esa posibilidad de concebirse de la cual el yo alienado de la obra hace expresión de lo que es esencial en la producción. La obra para el artista es tan necesaria para vivir como el lenguaje y la audición de sonido para el niño.
- En varias oportunidades ha hecho referencia a lo sagrado y yo le quiero preguntar ante estas reflexiones ¿Dónde queda Dios en todo esto?
- No estamos obligados a quedarnos en la locura del animismo, el Romanticismo Alemán pensaba que nuestra alma estaba en relación directa con el alma que anima el mundo, pero justamente el juicio de objetividad que se lleva sobre sí mismo y que nos permite diferenciarnos del otro, así como nos permite descubrir el modo de existencia que necesitamos, el poder interno en relación al lenguaje y del arte en esas condiciones de producción la obra como la palabra es desacralizada para poder conocer y reconocer su propia realidad, para poder reconocer que el cuadro es un juicio del mundo, la arquitectura es un juicio de las condiciones de protección del cuerpo, la música nos permite reconocer el movimiento elemental de la comunicación con nosotros mismos cargada o no de la palabra, entonces hay una sensibilización de la palabra de la cual podemos ser prisioneros sobre el aspecto de lo sagrado, pero de la cual también podemos ser prisioneros sobre el aspecto de las obras cuando vivimos esas obras como una simple manera de organizar un mundo visual o un mundo musical, teatral o cuando lo vives de una manera no puramente tecnológica. El problema de los museos es que ellos ponen a los visitantes en una actitud de espectadores que neutraliza la posibilidad del dialogo. El problema es también que se reduce el costo de la obra a una simple interpretación; de la misma manera como se goza de las expresiones de asociación libre, cuando nos identificamos con escuchar el sicoanálisis. Cuando nos contentamos con la simple interpretación de la obra, nos contentamos solamente con registrar la manera de la cual se comprende la obra, de la manera que nos afecta y sin poder reinsertarla en la construcción de nosotros, de los otros y en la construcción del mundo.
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