miércoles, 24 de junio de 2009

Colette Delozanne


TAN GRANDE COMO SU OBRA

Por: Inés Muñoz Aguirre

Como para hacer contraste con sus grandes obras, Colette Delozanne es pequeña, menuda, se podría decir que da la impresión de estar rozando lo frágil, pero obviamente su físico es solo el cofre en que guarda toda su fortaleza espiritual, un empuje que la mantiene completamente activa, a pesar de los años acumulados. Una energía que se pone en movimiento tan pronto amanece y que le permite hora tras hora de trabajo hacer realidad sus sueños.

- ¿Cómo se siente hoy en día después de una lucha dura, en el que su trabajo constante a aportado grandes obras a nuestro país?

- Hoy en día me siento menos sola porque Maribel Proietti me ha ayudado mucho. Mis obras han pasado por distintas situaciones, la obra del Teresa Carreño la rompieron porque son tres obras de 3 metros y pico de alto, hicieron un trabajo de impermeabilización y en lugar de llamarme, arrastraron las obras, las tiraron por ahí y yo estuve como 9 años luchando, hablando con este, con el otro y al fin como nosotros empezamos a trabajar con la obra del Parque del Oeste se consiguió un contacto allá, con un muchacho que es arquitecto, y tardamos un año con el papeleo, pero finalmente se logró la restauración.

- Tal como usted menciona Maribel la ha estimulado y la acompaña en ese proceso de restaurar todas las grandes obras que se encuentran en sitios públicos, además de estar involucrada en este proceso de restauración de sus obras, continua con el proceso creativo en la actualidad?

- Si, yo sigo trabajando. Se hizo la exposición en La Estancia, y a través de estos procesos quiero organizar mi trabajo. Deseo hacerlo a través de una fundación y con ello hacer una retrospectiva. La iba a hacer en la GAN pero no se pudo, porque botaron a todos los directores y ahora los volvieron a enganchar. Vamos a ver, porque después me dijeron que no iban a hacer mas individuales, que lo que se iba a hacer aquí en los museos son colectivas. En fin, estoy en esta lucha.

- ¿El proceso de restaurar sus obras tiene que ver solo con lo público?.

- Yo, quiero acomodar por ejemplo, todas esas obras que están en mi jardín, con la humedad se desarrollan hongos y eso hay que recuperarlo; yo quiero atender todo eso, por si se logra lo de la bendita retrospectiva. Son muchas obras, las que están en La Estancia ya están bien, pero yo sigo trabajando porque siempre tengo esa inquietud. Tengo varios grupos de obras como torres. Ahora estoy interesada en ir reformulando planteamientos de los años 70, seguir haciendo grandes obras, como unos templos naturales con muchos vacíos. Yo trabajo mucho con el vacío y la interioridad, estoy en eso, trabajando siempre. Estoy haciendo obras de pequeño formato, para los regalos corporativos, porque también no es fácil vender una obra grande. Son muchos aspectos. Tengo que mantener la dinámica, bueno, con mi asistente porque yo no puedo trabajar sola. Yo soy una persona que necesita ayuda.

- ¿Cómo es el proceso técnico de realización de la obra?

- Yo modelo la obra cuando la obra cuando está como en consistencia de cuero, que es dura pero totalmente seca, se va cortando en pedazos que caben en los hornos míos y los voy metiendo allí para ir quemando. Hay días que quemo unos pedazos, otro día otros. Hay obras donde yo he tardado cuatro años, hasta que después la empiezo a ensamblar con Epoxi que es un plástico durísimo. Menos mal que apareció ese material en los años 80, después voy eliminando los ensamblajes con un esmeril y después comienzo a patinar. Ese es de verdad un trabajo grande.

- ¿Y antes de existir ese material que le ayuda hoy en día, cómo unía las piezas?

- Cuando no existía el Epoxy mi trabajo lo hacia por ensamblaje, con unos huecos y unos pernos, obras de 2 metros y pico. Nadie había hecho eso y mi obra generaba mucha polémica. Cuando me fui para Estados Unidos a un simposio me encontré conque habían muchos artistas de Europa, yo hablaba con toda esa gente que estaba allá. Les conté que aquí tenía problemas porque había gente que decía que no era ni ceramista, ni escultora. Yo trabajo con arcilla pero no utilizo la técnica de la cerámica, la trabajo con un oxido que al quemar se va poniendo rojizo, después pinto con acrílico y la cerámica es con esmalte. Si voy a hacer una obra como la del Teresa Carreño con la técnica de la escultura debo alquilar un taller, trabajar con obreros, preparar unos andamios, soldar, etc. Mientras que esto que yo hago en mi taller es mucho más manejable. Con la resina no trabajo, no me satisface porque eso es muy toxico. Hay una obra en resina en el Museo de Maracay, donde estábamos haciendo la obra no quedó ni grama; pues cuando comenté mi inquietud, todos me dijeron que debía seguir adelante, porque lo que yo hacía era novedoso.

EL PROCESO CREATIVO

Uno de los aspectos más interesantes en cualquier artista, es el proceso creativo, de dónde surgen las ideas, cuales son los motivos de inspiración, para Colette, sigue siendo un misterio que la acompaña, desde el mismo momento en que hizo conexión con el arte.

- ¿Surgen de lo inexplicable?

- Surgen como un vaivén, un ir y venir.

- ¿Cómo es el proceso inicial?

- Es como una visión interna, de lo que uno quiere hacer. Es extraño, de verdad…

- ¿Qué hace después de tener esa visión, la dibuja?

- Si, la dibujo si, pero siempre son cosas someras que vas dibujando, porque son cosas que se te ocurren, que además, no es que se te ocurren gratuitamente, vienen de un proceso interno de tantos años. Esas son imágenes internas, es algo misterioso, que se le forman a uno de todo lo que uno vio. Uno se entusiasma por cierta forma. Yo nací en Francia y siempre me gustaron los espacios religiosos, las iglesias, las cosas de los celtas que son los menhires, los dólmenes, todo eso. Será que uno es muy fantasioso, que uno es muy loco ¿No? A mi siempre me apasionó todo eso. Después vine para acá, imagínate, eso fue un shock, una cosa tan diferente. Yo viaje por toda Latinoamérica, leí mucho. Total que es como un mestizaje de todas esas culturas. Yo pienso que en el fondo, lo más importante que hay allí, es lo sagrado, la interioridad, la textura de la naturaleza, porque si yo me crié en un contexto industrial, imagínate mi percepción al llegar aquí en los años 50. Eso desencadenó en mi un tipo de reacciones.

- ¿Tan pronto llegó aquí comenzó a trabajar?

- No. Yo no empecé a trabajar en la escultura cuando llegué aquí. No, yo comencé a trabajar haciendo traducciones para ganar dinero y ayudar a mi marido a comprar un terreno, para hacer una casa donde tener a las niñas. Después en el año 66 ó 67 es cuando comienzo a trabajar, pero ya eso venía acumulándose, por supuesto, ya yo todo lo dibujaba, pero lo que me gustaba era modelar. Yo no tallo, modelo. Y me gusta trabajar con el tema de los interiores porque siempre hay un misterio, tu ves los espacios adentro, libres.

GENERACION TRAS GENERACION

Hay quienes expresan popularmente que “lo que no se hurta se hereda”, con lo cual se refuerza el principio de que no sólo el entorno contribuye a desarrollar los intereses y valores de un individuo, sino que hay lo que se transmite de generación en generación.

- ¿En su familia había otros artistas?

- Europa tuvo una historia demasiado trágica. Mi abuelo nació en 1870 en la guerra que hubo con Prusia, para ese entonces Alemania era Prusia, creció allí, y empezó a estudiar dibujo y escultura, era un excelente dibujante. Trabajó mucho con los dibujos para el teatro, pero entonces se le murió el papá y después vino la guerra del 14 al 18, total que no pudo continuar con su inquietud. Mi prima pinta, muchos en mi familia tienen facilidad para dibujar, pero realmente la que más trabajó fui yo, la que pudo hacerlo pues. Porque hay mucha gente que tiene facilidad pero la misma sociedad y las mismas obligaciones de la vida, no lo dejan.

- ¿Es decir que en su caso se encuentra satisfecha?

- Yo nací en 1931 y no pude estudiar lo que hubiera querido estudiar. Yo tenía mucha pasión por los idiomas antiguos, estudié idioma, estudié historia del arte, estudié cosas relacionadas con turismo, uno tenía que trabajar porque había mucha miseria. Me fui a Inglaterra para perfeccionar el inglés, regresé a Francia y después me fui para España para aprender el español, allá es donde conocí a mi esposo, un venezolano. Mi esposo es siquiatra y así es como llego aquí. En esa época Pérez Jiménez había cerrado la universidad y había muchos venezolanos en Madrid. Llegué acá en 1955 y en el 58 me casé. Después tuve mis hijas y seguí trabajando.

- Con ello se entiende que vivió un largo proceso formativo y de distintos intereses, hasta encontrarse finalmente con su obra…

- Ha sido un proceso un poco accidentado, pero yo me entregué a esto. Yo iba mucho a las exposiciones porque teníamos muchos amigos pintores, me encantaba lo que hacía Tecla Tofano, lo que hacía Elsa Gramcko. Después me hice amiga de ella, me metí en el Taller Libre que quedaba en la Andrés Bello, era una cosa sui generis. Entonces me cansé de eso porque querían hacer torno. Entonces, allí me conseguí una amiga que era la esposa de Amable Espina, era una señora tranquila y nos fuimos a Altamira a la casa de Gustavo Lafee, quien me enseñó a construir. El me decía: no vayas para la Escuela de Artes Plásticas, haz tu taller. Empecé a trabajar seriamente y me empecé a conseguir con los artistas. Nos encontramos un día con Oswaldo Vigas, porque mi esposo era amigo de toda esa gente de la República del Este, el me dijo que tenía que mandar mi obra a esos salones que hacían en Valencia; y yo siempre con mi mal carácter le decía, yo no voy a mandar nada, porque allá me rompieron una pieza. En una visita a la casa me dice ¿Y esto? Le pareció tan interesante que me dijo que tenía que mandar eso al Salón de Artes del Fuego. Me convenció y así fue como gané el Premio Nacional de Artes del Fuego, eso fue en el 71. En esa época había muchos salones en Valencia, entonces, mandé las obras. Había un dibujante muy bueno que se llamaba Ras, que escribía, y entonces, empezaron a hablar de mí en los periódicos porque lo que hacía era diferente.

Ya yo había hecho una exposición en la Galería del BANAP en Sábana Grande. En sabana Grande se movían todos los amigos míos Aquiles Nazoa, Adriano, ellos gozaban un puyero de ver lo que yo hacía. Total que en el año 70 ellos me entusiasmaron y allí hice una exposición y tuve mucho éxito. La presentación la hizo Aquiles. Allí fue con se fijó Vigas. También vino a mi casa Víctor Varela. Después vino Clara Sujo, nunca hubo una galerista como ella, su galería se llamaba Estudio Actual en el Centro Comercial Chacaito, allí exponía Soto. Me organizó una exposición ahí y entonces despegué. Después me alejé porque ella me quería imponer su parecer y sentí que así no podíamos trabajar. Llamé a Narváez y le conté, entonces por recomendación de él hice contacto con una galería por la Libertador que era pura escultura, allí me fue de lo mejor.

-¿ Y para no perdernos de la influencia familiar, nos podría hablar de cómo ha sido esta en sus hijas?

- Mis hijas cuando estaban chiquitas iban para el taller y hacían cosas, pero después mi hija mayor estudió biología y después hizo cine. Ahora vive en Francia y allá hace música para niños, tiene un disco bellísimo que lo quiere comercializar aquí en español, tiene mucha facilidad para dibujar por eso es un disco muy especial porque lo hizo todo ella y la otra hija tiene un grupo musical en Francia y es especialista en música barroca, trabaja con la Sorbona, donde dirige la Camerata Barroca de la Sorbona. Son artistas las dos.

- Se vuelve al tema de lo que se hereda y del entorno…

- Puede ser, siempre me vieron a mi trabajando y en la casa con toda esa gente que ya no está, siempre rodeadas de artistas. Allá iba Antonia Palacios, Juan Liscano, Elizabeth Schon, todos, Oswaldo Vigas, Aquiles, ¿Sabes lo que es compartir con ese tipo de gente? Eso es un verdadero privilegio y todo el tiempo vieron el arte. Yo era muy amiga de Diego Barboza. El llegaba a la casa y hablaban, cuando se iba agarraba una escultura y se la ponía bajo el brazo y yo le decía – bueno viejo y entonces – y el me contestaba - bueno chica, hacemos el cambalache-.Tengo dos obras de el. Ellas vieron todo eso y se criaron con esa suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario