TAN GRANDE COMO SU OBRA
Por: Inés Muñoz Aguirre
Como para hacer contraste con sus grandes obras, Colette Delozanne es pequeña, menuda, se podría decir que da la impresión de estar rozando lo frágil, pero obviamente su físico es solo el cofre en que guarda toda su fortaleza espiritual, un empuje que la mantiene completamente activa, a pesar de los años acumulados. Una energía que se pone en movimiento tan pronto amanece y que le permite hora tras hora de trabajo hacer realidad sus sueños.
- ¿Cómo se siente hoy en día después de una lucha dura, en el que su trabajo constante a aportado grandes obras a nuestro país?
- Hoy en día me siento menos sola porque Maribel Proietti me ha ayudado mucho. Mis obras han pasado por distintas situaciones, la obra del Teresa Carreño la rompieron porque son tres obras de
- Tal como usted menciona Maribel la ha estimulado y la acompaña en ese proceso de restaurar todas las grandes obras que se encuentran en sitios públicos, además de estar involucrada en este proceso de restauración de sus obras, continua con el proceso creativo en la actualidad?
- Si, yo sigo trabajando. Se hizo la exposición en
- ¿El proceso de restaurar sus obras tiene que ver solo con lo público?.
- Yo, quiero acomodar por ejemplo, todas esas obras que están en mi jardín, con la humedad se desarrollan hongos y eso hay que recuperarlo; yo quiero atender todo eso, por si se logra lo de la bendita retrospectiva. Son muchas obras, las que están en
- ¿Cómo es el proceso técnico de realización de la obra?
- Yo modelo la obra cuando la obra cuando está como en consistencia de cuero, que es dura pero totalmente seca, se va cortando en pedazos que caben en los hornos míos y los voy metiendo allí para ir quemando. Hay días que quemo unos pedazos, otro día otros. Hay obras donde yo he tardado cuatro años, hasta que después la empiezo a ensamblar con Epoxi que es un plástico durísimo. Menos mal que apareció ese material en los años 80, después voy eliminando los ensamblajes con un esmeril y después comienzo a patinar. Ese es de verdad un trabajo grande.
- ¿Y antes de existir ese material que le ayuda hoy en día, cómo unía las piezas?
- Cuando no existía el Epoxy mi trabajo lo hacia por ensamblaje, con unos huecos y unos pernos, obras de
EL PROCESO CREATIVO
Uno de los aspectos más interesantes en cualquier artista, es el proceso creativo, de dónde surgen las ideas, cuales son los motivos de inspiración, para Colette, sigue siendo un misterio que la acompaña, desde el mismo momento en que hizo conexión con el arte.
- ¿Surgen de lo inexplicable?
- Surgen como un vaivén, un ir y venir.
- ¿Cómo es el proceso inicial?
- Es como una visión interna, de lo que uno quiere hacer. Es extraño, de verdad…
- ¿Qué hace después de tener esa visión, la dibuja?
- Si, la dibujo si, pero siempre son cosas someras que vas dibujando, porque son cosas que se te ocurren, que además, no es que se te ocurren gratuitamente, vienen de un proceso interno de tantos años. Esas son imágenes internas, es algo misterioso, que se le forman a uno de todo lo que uno vio. Uno se entusiasma por cierta forma. Yo nací en Francia y siempre me gustaron los espacios religiosos, las iglesias, las cosas de los celtas que son los menhires, los dólmenes, todo eso. Será que uno es muy fantasioso, que uno es muy loco ¿No? A mi siempre me apasionó todo eso. Después vine para acá, imagínate, eso fue un shock, una cosa tan diferente. Yo viaje por toda Latinoamérica, leí mucho. Total que es como un mestizaje de todas esas culturas. Yo pienso que en el fondo, lo más importante que hay allí, es lo sagrado, la interioridad, la textura de la naturaleza, porque si yo me crié en un contexto industrial, imagínate mi percepción al llegar aquí en los años 50. Eso desencadenó en mi un tipo de reacciones.
- ¿Tan pronto llegó aquí comenzó a trabajar?
- No. Yo no empecé a trabajar en la escultura cuando llegué aquí. No, yo comencé a trabajar haciendo traducciones para ganar dinero y ayudar a mi marido a comprar un terreno, para hacer una casa donde tener a las niñas. Después en el año 66 ó 67 es cuando comienzo a trabajar, pero ya eso venía acumulándose, por supuesto, ya yo todo lo dibujaba, pero lo que me gustaba era modelar. Yo no tallo, modelo. Y me gusta trabajar con el tema de los interiores porque siempre hay un misterio, tu ves los espacios adentro, libres.
GENERACION TRAS GENERACION
Hay quienes expresan popularmente que “lo que no se hurta se hereda”, con lo cual se refuerza el principio de que no sólo el entorno contribuye a desarrollar los intereses y valores de un individuo, sino que hay lo que se transmite de generación en generación.
- ¿En su familia había otros artistas?
- Europa tuvo una historia demasiado trágica. Mi abuelo nació en 1870 en la guerra que hubo con Prusia, para ese entonces Alemania era Prusia, creció allí, y empezó a estudiar dibujo y escultura, era un excelente dibujante. Trabajó mucho con los dibujos para el teatro, pero entonces se le murió el papá y después vino la guerra del 14 al 18, total que no pudo continuar con su inquietud. Mi prima pinta, muchos en mi familia tienen facilidad para dibujar, pero realmente la que más trabajó fui yo, la que pudo hacerlo pues. Porque hay mucha gente que tiene facilidad pero la misma sociedad y las mismas obligaciones de la vida, no lo dejan.
- ¿Es decir que en su caso se encuentra satisfecha?
- Yo nací en 1931 y no pude estudiar lo que hubiera querido estudiar. Yo tenía mucha pasión por los idiomas antiguos, estudié idioma, estudié historia del arte, estudié cosas relacionadas con turismo, uno tenía que trabajar porque había mucha miseria. Me fui a Inglaterra para perfeccionar el inglés, regresé a Francia y después me fui para España para aprender el español, allá es donde conocí a mi esposo, un venezolano. Mi esposo es siquiatra y así es como llego aquí. En esa época Pérez Jiménez había cerrado la universidad y había muchos venezolanos en Madrid. Llegué acá en 1955 y en el 58 me casé. Después tuve mis hijas y seguí trabajando.
- Con ello se entiende que vivió un largo proceso formativo y de distintos intereses, hasta encontrarse finalmente con su obra…
- Ha sido un proceso un poco accidentado, pero yo me entregué a esto. Yo iba mucho a las exposiciones porque teníamos muchos amigos pintores, me encantaba lo que hacía Tecla Tofano, lo que hacía Elsa Gramcko. Después me hice amiga de ella, me metí en el Taller Libre que quedaba en
Ya yo había hecho una exposición en
-¿ Y para no perdernos de la influencia familiar, nos podría hablar de cómo ha sido esta en sus hijas?
- Mis hijas cuando estaban chiquitas iban para el taller y hacían cosas, pero después mi hija mayor estudió biología y después hizo cine. Ahora vive en Francia y allá hace música para niños, tiene un disco bellísimo que lo quiere comercializar aquí en español, tiene mucha facilidad para dibujar por eso es un disco muy especial porque lo hizo todo ella y la otra hija tiene un grupo musical en Francia y es especialista en música barroca, trabaja con
- Se vuelve al tema de lo que se hereda y del entorno…
- Puede ser, siempre me vieron a mi trabajando y en la casa con toda esa gente que ya no está, siempre rodeadas de artistas. Allá iba Antonia Palacios, Juan Liscano, Elizabeth Schon, todos, Oswaldo Vigas, Aquiles, ¿Sabes lo que es compartir con ese tipo de gente? Eso es un verdadero privilegio y todo el tiempo vieron el arte. Yo era muy amiga de Diego Barboza. El llegaba a la casa y hablaban, cuando se iba agarraba una escultura y se la ponía bajo el brazo y yo le decía – bueno viejo y entonces – y el me contestaba - bueno chica, hacemos el cambalache-.Tengo dos obras de el. Ellas vieron todo eso y se criaron con esa suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario