En aquel ir y venir nos cruzábamos con José Antonio, en el cafetín del Rajatabla, en las escaleras del Teatro Teresa Carreño o lo veíamos sobre el escenario, dando vida a un sueño que se eternizó en él y que aun hoy lo atrapa, indagando, probando, investigando…
“Yo empecé en el teatro en los años
- Los primeros maestros difícilmente se olvidan, sobre todo aquellos que sentimos que han dejado alguna influencia en nuestra vida, ya sea en el plano personal como en el profesional.
- Si, Yo considero que mis grandes maestros fueron Gimenez y Enrique Porte, porque yo empecé con Rajatabla y se decía que Carlos Gimenez no era director de actores, que a él lo que le interesaba era la puesta, el espectáculo y entonces uno como era actor, pensaba que a lo mejor había algo de cierto, por eso me fui hacia el Taller del Actor con Enrique Porte. El taller era con una metodología, se estudiaba el Método de Stanislavski. Había que hacer un estudio anterior del personaje y ese tipo de cosas.
- Dos nombres importantes para el teatro venezolano
- Los dos fueron grandes maestros y a la vez trabajé con los dos.
- Otro momento que nunca se olvida, es el primer trabajo, efectivamente uno tiende a identificarte con Rajatabla pero, ¿Cuando te paraste por primera vez sobre un escenario?
- La primera vez que tuve que trabajar como actor fue en el Teatro Municipal. Antes de que se abriera el telón el primero que aparecía era yo dando unas palabras, porque era el centenario del Teatro Municipal y había un homenaje a Carmen Antillano, quien es una actriz histórica del teatro. A mi me tocó por suerte irla a buscar al público, las piernas me temblaban, eran los 100 años del Teatro Municipal y allí estaban los grandes del teatro. Estaba América Alonso, Rodolfo Santana, José Ignacio Cabrujas, Amalia Pérez Díaz, Gladys Cáceres, Dalila Colombo, etc. Nunca se me olvida que le comenté a América Alonso: “Yo estoy muy nervioso” y ella me contestó “el día que tu no estés nervioso, retírate, porque quiere decir que esto no te interesa. Ella me dijo “Yo aun con toda mi experiencia, estoy temblando para salir”.
El tiempo ha pasado y José Antonio Barrios, siempre vestido de negro y con una cara de niño que no le abandona continua en los escenarios, quizás, más persistente que ningún otro actor. Se ha convertido en un rostro familiar que viene y va entre estrenos, comerciales y talleres, con una historia difícil de resumir, pero de la que podría decirse que son muy pocos los profesionales del teatro venezolano con los que no haya compartido.
- En los 80 cree Teatrela con Costa Palamides donde tuve la oportunidad de trabajar. Después he estado con diferentes grupos de teatro, el Teatro del Contrafuego, Arte Atid de Johnny Gavlovski, estuve con Elia Schneider, ahora con Repico, acabo de terminar temporada con el Grupo Prometeo, con un director cubano Noel de
- Crees que esa presencia tuya en el teatro ha permitido generar esa especie de cadena, en la que terminas un trabajo e inicias otro, ¿Has logrado tu vivir del teatro?
- No tanto como para vivir del teatro, lo que pasa es que a mi me reconocen por los comerciales. Hago muchos comerciales para televisión y eso da ciertos ingresos. Aparte de eso tengo otra carrera, yo soy economista, como Isaac Chocrón o José Gabriel Nuñez que también son economistas. Yo también tengo esa dualidad de la economía y la actuación y esa pasión por el teatro…
- ¿ En la actualidad trabajas como economista?
- Si, trabajo como economista, lo cual es algo que muy pocas personas saben. Además soy locutor, dramaturgo, director.
- ¿Cómo lograr compaginar la economía con el teatro?
- Es algo difícil porque se trata como de querer equilibrar los dos lados del cerebro, el lado racional y el loco, el creativo y el más matemático. Es por ello que lo que hago es buscar un equilibrio entre las dos.
- ¿En que momento se inicia tu relación con la dramaturgia?
- En el 2005. con el Taller de Marco Purroy. Me encanta escribir, en ese taller me atreví a escribir una obra que fue “La cotufa no baila más” que es una leyenda urbana de Parque Central y me atreví así mismo a enviarla a un concurso y gané, con la primera obra de teatro que escribí. Ese fue el Premio Dramaturgia 2006 de Fundarte. Desde entonces me empeño en buscar unas horas para la escritura. Ahora con la pieza que escribí en el Taller de José Gabriel Nuñez, he recibido bastante satisfacciones. Ganó un premio en Inglaterra, el Premio Casa 2008 de dramaturgia venezolana en Londres. En primer lugar quedó Roberto Azuaje, en segundo lugar Lupe Gehrenbeck y en tercer lugar quedé yo con “El Sitio”, lo cual me parece bien interesante porque es otro país con otras costumbres. Esta pieza también se presentó en el IUDET con muy grata critica.
- ¿Nos podrías contar un poco más sobre el tema de tu primera obra?
- Existe una leyenda en Parque Central de una bailarina que se aparece en los edificios como un alma en pena y hay varias versiones de lo que pasó con ella. Hay muchos vecinos que dicen que la han visto, ascensoristas que cuentan que aparece en las noches y espanta a los vecinos trasnochados. Yo inventé una historia en torno a esta bailarina que se desarrolla toda en un ascensor. Todas las personas que entran en ese ascensor son sospechosas de haber cometido el crimen de las bailarinas. Ella anda como alma en pena hasta que se descubra quien fue. La obra esta hecha más o menos con la estructura de las novelas de Agatha Christie. El asesino es quien uno menos piensa pero por un hecho fortuito. En la obra se ve todo ese submundo de un conglomerado urbanístico como lo es Parque Central. Aproveche inclusive de hablar de cosas como el deslave de Vargas, de la invasión a los edificios, del amor, el odio, el rencor, todos los sentimientos universales mezclados con esa leyenda urbana y con eso tuve la grata noticia de ganar el Premio Fundarte en 2006, me publicaron el libro y fue una motivación para seguir escribiendo considerando que fue la primera obra que escribí.
- Entre actuar y escribir
- Yo diría que las dos cosas. Me gustan por igual, inclusive me gusta mucho la dirección. Yo empecé como actor y es algo que no voy a dejar porque me llena muchísimo, es como vivir en el cuerpo de otros personajes, con otras vidas, vivir otros tiempos, otras historias, aparte de las que uno pueda vivir como uno. Me parece como algo maravilloso el poder meterte en la piel de un personaje, sentir que es uno, algo así como que si uno fuera el espiritista que aporta su cuerpo para ser poseído por un espíritu para convertirse en materia, algo así pues, el actor también aporta su cuerpo para que ese personaje entre y cobre vida, una vida mientras se desarrolla una obra en un escenario. Esa magia pienso tenerla siempre que pueda actuar pero también quise sentir la magia de que esos personajes creados en mi cabeza puedan tomar vida en el cuerpo de otros actores y verlos moverse en un escenario.
- Los estudiosos dicen que leer teatro es difícil, por supuesto, porque no tiene la fluidez narrativa de la novela y dentro de este esquema hay quien dice que la obra no existe como tal hasta que no es representada…
- Una obra de teatro también es una experiencia creativa acumulativa porque comienza con una idea que tiene un autor pero si eso no se lleva a las tablas, pues no tiene razón de ser, y quien termina de sumar es el director y por último el actor y ahí es que la obra está completa. Comienza la semilla en el autor, la germina el director y la hacen florecer los actores. Me interesó recorrer esas tres facetas del teatro
- Y finalmente la dirección.
- La dirección era algo que estaba allí como una asignatura pendiente, y el año pasado tuve la oportunidad de dirigir y la verdad es que fue una experiencia maravillosa porque vi ese otro lado, una faceta que uno como actor siempre dice, “…es que este director” y uno se queja, pero cuando te pones en los zapatos del otro te das cuenta de todas las cosas que hay detrás de eso. También es un acto creador. Tuve la oportunidad de dirigir una obra del teatro del absurdo, “El desvarío”. La dirigí y fe una muy buena experiencia. Es una obra que trata sobre la incomunicación. Me plantee hacer con ella algo distinto, romper una línea incomunicacional. Por primera vez se utilizó unas traductoras para sordomudos. Fui a diversas instituciones a repartir invitaciones. Era algo hermoso porque por primera vez alguien se ocupaba de incorporarlos al teatro y era muy lindo cuando al final ellos aplaudían con las manos arriba que es su manera de aplaudir, vi esa emoción de la gente que por primera vez se acerca al teatro.
- Dirigir, escribir, actuar, ese es un proceso sumatorio del que hemos estado hablando, sin embargo habrá a quien le quede la duda y se preguntará si azar tantos conejos a la vez, no hará que alguno de ellos se queme…
- Es posible que si uno quiere hacer todo a la vez algo se le queme, por eso yo cuando escribo una obra, no me gusta, hasta ahora no la he dirigido y tampoco he actuado porque pienso que es un proceso acumulativo, pero se enriquece con la visión de otras personas. Entonces, uno puede quemar esa visión acumulativa si uno mismo trata de abarcarlo todo, los distintos pasos. Hasta ahora no he tenido yo la tentación de dirigir mis propias obras, como el caso de Gustavo Ott que monta sus obras, bueno, si nadie te monta uno tendrá que montarlas, pero a mi me gusta disfrutarla desde afuera, me gusta sentir las vivencias del público, o como reacciona ese publico, y eso va inclusive, enriqueciendo tu escritura. Te das cuenta a lo mejor que una cosa a la que tu le habías dado mucha importancia, a lo mejor el público no se la da o viceversa, algo que tu simplemente escribiste porque salió y eso es precisamente lo que le llega al espectador. Eso va enriqueciendo tu escritura y tu proceso creativo, el estar como espectador de tu propia obra.
TODO CAMBIA
A pesar del gesto travieso que casi siempre le acompaña, no hay duda de que José Antonio Barrios eligió el camino del teatro como una propuesta para su realización creativa, su largo currículo como actor lo confirma Grandes Escenas del Teatro Venezolano, “Los Juegos Sabios”; “La Fiesta de los Dragones ;“La Charité de Vallejo”, “Noches de Atenas en el Ateneo”,“La Muerte de García Lorca”, “Blumfeld …Un Solterón”; “Suicidio a Tres tiempos”; “Muñequita Linda”, “La Nueva Delpiniada”; “La Boba esa…”; “La Farsa Salsa del Amor Compradito”, “El Desatino”, “Pequeños Animales Abatidos”, “Champagne”; “La Hija de Rappaccini”; “MEDEA”; “La Visita de La Vieja Dama”; “En el Bar de un Hotel de Tokio”; “Por un sí, Por un no”; “La Reina del Soufflé”; “Ida y Vuelta”; “Antigona”; “La muerte de Danton”;. “Hora de Regreso”; “El Motor”; “El zoológico de cristal”; “La Laguna”; “Se solicitan novi@s”; “Migajero”; “Monologo para fomento de la lectura”; “Contigo pan Y cebolla” y “La boda”. En ese devenir constante de las artes, nadie como él para brindar su visión sobre el paso del tiempo sobre esta disciplina.
- Entre el ayer y el hoy del teatro venezolano
- Yo creo que ha cambiado radicalmente, yo comencé en los 80 y había como más magia dentro del teatro, inclusive la gente veía el teatro como algo que tenía influencia en la vida cotidiana de la gente, ahora aun cuando eso pueda seguir de alguna manera, el circulo se ha restringido un poco. Esa pasión de descubrir cosas, que esas ideas incluso influyan en el medio ambiente, pues no es tan grande actualmente, porque inclusive el teatro ya no es teatro, es espectáculo. Un espectáculo que además se ha mediatizado un poco y en el que simplemente la estrella de televisión viene a hacer su pantomima en un escenario. La gente simplemente va al teatro, no a ver una obra, no a ver una actuación, sino a ver lo que ve todos los días en una pantalla de un televisor. Todo el mundo tiene la posibilidad de montarse en un escenario y eso tiene su público pero yo creo que debería haber un equilibrio desde una pieza teatral como nosotros la entendemos formalmente y eso otro que es el espectáculo, el vodevil, el divertimento por el divertimento. Todos tienen derecho, pero el equilibrio ahora no se da, la gente va a ver simplemente a la estrella de televisión, entonces yo me digo a veces, que es preferible que se queden en su casa sintonizando el televisor, por que para qué se van a movilizar si lo que van es a ver lo mismo que ven en sus casas.
- ¿Como piensas tu que se logra ese equilibrio, o por qué crees que falta el equilibrio?
- Es difícil porque todo es como un fluir, entonces, uno se pregunta en qué momento pasó eso. A lo mejor también es porque los creadores no han sabido estimular a ese público para que vaya y llene la sala. Quizá haya un poco de culpa en los mismos creadores, también creo que es la mercantilización de las ideas, la mercantilización de la vida, la gente ha pasado a ser un producto, un producto más que se compra y se vende, entonces lo que tiene más publicidad es la estrella de televisión, lo otro, lo que no se conoce, quizá para ellos no existe.
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